Figuras Romanas
La escultura romana fue un movimiento artístico derivado de la influencia griega, tomando en muchas ocasiones, modelos similares y realizando copias de las más prestigiosas obras de la Grecia antigua, como sucede con 'El Discóbolo' de Mirón. La importancia de esta corriente sirvió para definir los patrones de belleza que serían utilizados siglos posteriores en el Renacimiento.
La estatua de 'Augusto de Prima Porta' muestra al emperador romano en una majestuosa pose que combina la tensión y la relajación de sus músculos. Esta escultura fue descubierta en 1863, en Villa de Livia, Roma, donde se cree que fue encargada por la mujer de César Augusto tras su muerte. Sus más de dos metros de alto suponen una de las mayores atracciones de los museos del Vaticano.
Si por algo sobresale esta vertiente es por las facciones perfectas que se trazaban en los rostros a través de retratos y bustos. Un ejemplo de ello es el 'Busto de Antinoo', encontrado en su tumba junto con el resto de objetos dedicados a su persona.
Este hallazgo fue llevado a cabo en 1998, en Villa Adriana, actual Tívoli.
El 'Retrato de Augusto' es otra de las imágenes destacadas de este periodo, que comprenden entre los siglos IV a. C y V. Al igual que la gran mayoría de las obras que han llegado hasta nuestros días, su origen es incierto y se considera que pudo ser hecho entre los años 27 a. C. y 14 d. C. Su finos rasgos quedan ensalzados por la suavidad del mármol en que fue creado.